¿Por qué carne y tinto maridan tan bien?

En cuestión del maridaje, el vino tinto y las carnes rojas no tienen comparación en el mundo gastronómico. Tanto una reunión de amigos, una cena informar, un picoteo, una merienda-cena, o por supuesto, las grandes celebraciones, toda ocasión es buena para ‘juntar’ una carne roja con un buen tinto.

El secreto del éxito está en encontrar la combinación perfecta, pero hay una explicación más allá de los intangibles. No siempre es fácil, y por ello desvelaremos una serie de claves para que esto sea posible.

¿Cuál es el mejor tipo de vino, dependiendo de la carne? ¿Es obligatorio trocar el vino con cada plato?

La base de todo buen maridaje es encontrar la dulce convivencia entre todos los protagonistas. Para que la interacción entre dos resulte agradable y placentera en el paladar, y así vivir una experiencia gastronómica completa.

Cabe destacar que no existe un maridaje único y absoluto; hay vinos muy versátiles, que pueden crear sensaciones envolventes en combinación con muchos tipos de platos. Los tintos son la pareja perfecta de las carnes por antonomasia. Y os contaremos la explicación científica.

Mientras que la sal y el yodo de los pescados afectan negativamente a los taninos del vino tinto, los jugos propios de la carne y su grasa actúan al contrario, absorbiendo y suavizando la acción secante de los taninos.

Los taninos del vino tinto son uno de los componentes clave para acertar con un buen maridaje, pero también influye la uva y la propia elaboración del vino. Aspectos como el tiempo de maceración, el envejecimiento o la incidencia del clima en cada añada afectan y determinan los sabores y sensaciones táctiles en boca. Por eso, el secreto de un buen vino comienza en el suelo.

El secreto de un buen vino comienza en el suelo

Los suelos con alto nivel de cal, la altura y el clima de cada zona provocan diferentes armonías con distintos platos. Un vino de cuerpo fuerte, por ejemplo, marida mejor con carnes rojas como el entrecot o el secreto de cerdo ibérico.

 

Las carnes de caza suelen acompañar muy bien a los vinos tintos más viejos. En el caso de las carnes blancas, por ejemplo el pollo, suelen ir mejor los vinos tintos más jóvenes. Dependiendo del tipo de carne que se sirva, es posible elegir uno u otro. Para el cordero lo ideal es que no haya competencia de sabores, haciéndolo todo de manera lineal. Con un corte vacuno, va mejor un vino de intenso aroma y buen cuerpo, como apuntábamos antes.

¿Qué vinos van bien con las aves?

Para las aves, de forma general, se puede decir que la carne de pollo así como de aves son carnes neutras y, por lo tanto, permiten acompañarse de diferentes vinos. Nuestra recomendación es dejar volar la imaginación, ya que cabe el maridaje con un rosado. Lo importante es que no sean opciones muy dulces, ya que normalmente estos platos suelen ir muy especiados y acompañados de salsas ya de por sí fuertes. En Ponte da Boga encontrarás opciones para diferentes maridajes, tanto blancos como tintos.

¿Cuál es tu receta preferida para acompañar a un tinto?