¿Cuáles son los diferentes métodos de regadío de los viñedos?
Podríamos definir a la vid como una planta resistente y autosuficiente. La vigorosidad de los viñedos les permite resistir temperaturas extremas y, como cultivo de secano que es, es capaz de vivir, desarrollar sus funciones vitales y crecer sin ningún aporte extra a lo que naturalmente cae del cielo. Con el paso del tiempo se ha ido estudiando el comportamiento de las vides ante diferentes métodos de riego y se ha llegado a la conclusión de que, aplicando una estrategia para regar adecuada, el producto final es de mejor calidad.
Además, en muchas zonas el cambio climático ha propiciado que los meses que tradicionalmente eran más lluviosos experimenten una relativa sequía. Esto obliga a optar por el riego asistido y para llevarlo a cabo todas estas variables del entorno (la meteorología, el suelo…) deben estar controladas. Y es que como os estamos contando, la vid es un cultivo muy especial y por ello el riego debe ser realizado con gran exactitud.
No existe una fórmula general de riego para todos los viñedos pero lo que sí que se puede diferenciar claramente son los distintos métodos de riego más utilizados en nuestro país. Unos con más eficacia y otro con menos, son los siguientes:
-
Riego por goteo:
Actualmente es el más utilizado por todas las bodegas que poseen una elevada producción anual. Su funcionamiento es sencillo: se colocan generalmente dos goteros por cepa, a una distancia de 15 centímetros más o menos, y se automatiza para que aporten el caudal de agua requerido por cada planta. Son muchas las ventajas de este sistema: es el más eficiente, el que posibilita un mayor ahorro de agua, permite regar una mayor superficie con el mismo caudal que otros métodos, las pérdidas por evaporación son escasas, no se ven afectado por el viento en su distribución, no molesta a los viticultores ni a la flota de máquinas que se emplea en el viñedo, el coste de mantenimiento es más bajo que otros sistemas y evita la aparición de malas hierbas ya que no se moja tanto el suelo.
-
Riego por goteo subterráneo:
Otra forma de realizar el riego por goteo. En este caso implica la instalación de tuberías subterráneas en las que se integra un gotero que moja las raíces de las plantas. Suele colocarse en el centro de las calles del viñedo para que así el agua llegue a todas las cepas. Su problema es que, al estar bajo tierra, es difícil detectar y evitar las fugas u obstrucciones de las tuberías. Eso sí, las pérdidas por evaporación son todavía más reducidas por lo que el ahorro de agua es mayor con este sistema.
-
Riego a manta:
Suele ser utilizado en regiones secas en las que solo se dispone de agua en determinadas estaciones. Es un sistema barato pero para su aplicación se necesita contar con una buena nivelación del terreno sobre el que se sitúa el viñedo. Consiste en encharcar de una forma controlada el suelo de la viña, que así va abasteciéndose de agua según sus necesidades. Es una solución para actuaciones a corto plazo que tiene inconvenientes como que se necesita contar con un gran caudal de agua de forma instantánea, que favorece la aparición de malas hierbas…
-
Riego localizado de alto caudal:
Son los que utilizan sistemas conocidos por todos, como los aspersores, que pulverizan el agua y la distribuyen por un amplio espacio a través del aire. Debe aplicarse en pequeñas dosis pero de forma muy frecuente para no encharcar las cepas y el terreno. Uno de sus mayores inconvenientes es la gran cantidad de agua que se pierde por evaporación.
En Galicia, como todos sabéis, no tenemos problema de abastecimiento natural de agua. Pero en Ponte da Boga, para mejorar la calidad de nuestros vinos, aplicamos los sistemas de riego adecuados para cada cepa y cada momento del año.