Cuando te llevas a la boca una buena copa de Ponte da Boga recorre tu paladar un líquido de sabores afrutados e intensos. Es un momento especial. En realidad, es la consecuencia directa del entorno en el que se crían los vinos de la Denominación de Origen Ribeira Sacra. Un total de 2.500 hectáreas de terreno repleto de unos viñedos bañados por un clima idóneo que marca la diferencia.
Como ya sabéis, la Ribeira Sacra es una de las zonas vinícolas más espectaculares de España. Como ya os habíamos contado en otro post (‘Ribeira Sacra, una denominación de origen de ‘Viticultura heroica’), las duras condiciones de trabajo a las que son sometidos los viticultores de las diferentes bodegas de la Denominación debido a las complicadas características del terreno bautizan este trabajo como ‘Viticultura Heróica’.
Los profundos valles y barrancos que se generan al paso de los ríos Miño y Sil son los causantes de esta heroicidad. Es en este entorno espectacular y abrupto donde se reúnen todos los condicionantes para la obtención de una uva de calidad suprema. Las características tan marcadas de los diferentes terrenos a lo largo y ancho de la Ribeira Sacra y el clima del que gozan se encargan de pulir el producto final.
- Terreno
Realmente, en la Ribeira Sacra no hay un suelo uniforme. La amplia extensión de la denominación hace que a lo largo de ésta nos encontremos suelos con características diferentes pero idóneos todos ellos para la plantación de vides. Los viñedos se dividen en cinco subzonas:
- Subzona de Amandi: suelos de esquistos (provenientes de arcillas y lodos).
- Subzona de Chantada: suelos graníticos de rocas acedas.
- Subzona de Quiroga – Bibei: gran presencia de pizarra.
- Subzona de Ribeiras do Miño: suelos graníticos.
- Subzona de Ribeiras do Sil: suelos graníticos de rocas acedas.
Una característica común de estas subzonas es la elevada acidez de los terrenos debido a los arrastres de ríos. La pendiente que caracteriza a los lugares dónde están plantadas las vides hace que estos suelos dispongan de mucho drenaje y evacúen así el agua sobrante de las lluvias. Todos estos condicionantes, junto con el clima, permiten un correcto desarrollo y maduración de la uva.
- Clima:
El clima de la Ribeira Sacra es privilegiado ya que sobre esta tierra se percibe la influencia atlántica y los frentes mediterráneos. Este encuentro de fuerzas de la naturaleza crea un clima continental que posee largos y calurosos veranos de altas temperaturas y otoños templados.
Además, debido a la influencia atlántica, las precipitaciones son elevadas por lo que la aridez estival se ve moderada y las vides disponen del sustento y la humedad necesaria para seguir madurando adecuadamente durante los meses más calurosos.
La extensión de la Ribeira Sacra también afecta al clima al igual que al terreno. No nos encontraremos las mismas condiciones meteorológicas si cultivamos en el Valle del Sil o en el Valle del Miño.
El segundo suele acumular más lluvias durante los meses en los que el calor comienza a ser protagonista en el día a día. Las temperaturas que marcan los termómetros de ambas zonas suelen ser relativamente parecidas aunque la media de grados del Valle del Miño es algo superior, alcanzando ambas picos muy por encima de los 20 grados. Por otro lado, la Ribeira Sacra se caracteriza por una gran influencia de vientos fuertes a lo largo de todo el año.
Ahora que ya conoces un poco mejor todo el trabajo y los fenómenos de la naturaleza que son necesarios para que tú estés disfrutando ahora mismo de una sabrosa copa de un Ponte da Boga, ¿a que sabe mucho mejor?