Bienvenidos a la Ribeira Sacra

ribeira sacra
Sostenemos sobre este blog la imagen de una tierra de interior bañada por los dos ríos que se unen en ella: el Sil y el Miño y crean con sus aguas un paisaje impresionante y único, seña de identidad del territorio. Estamos en la Ribeira Sacra, al sur de Lugo, al norte de Ourense, en una de las zonas más hermosas de Galicia.
Aquí nos encontramos con parajes bucólicos y agrestes que nos hablan de antiguos monasterios de los inicios del cristianismo escogidos por  monjes y eremitas para practicas la vida ascética. El más importante es el de Santo Estevo de Ribas de Sil,  un centro de poder no sólo religioso, puesto que su abad fue durante siglos el encargado de impartir justicia y nombrar escribanos y oficiales de aduana.
Más de 1.500 años dieron como herencia un valioso patrimonio: puentes, pazos, restos arqueológicos de la Edad del Bronce y Edad del Hierro… que se conjugan con una orografía de gargantas y cañones de pronunciada verticalidad que la transforman en una tierra especial. Montes suavizados por la erosión, altiplanicies que llevan hasta un cañón que, en algunos puntos alcanza una profundidad de 500 metros. En las alturas del cañón se pueden encontrar miradores naturales que cuelgan sobre el río.
Robles, abedules, toxos, piornos… conforman la vegetación de ribera entre la que crecen los cultivos en bancales o socalcos. La Ribeira Sacra puede presumir, y presume, de tener los viñedos más bonitos del mundo: un terroir único compuesto de unas variedades autóctonas muy bien adaptadas a la zona (Mencía sobre todo en tinto pero también Merenzao, Brancellao o Sousón, Godello y Albariño en blanco), unos suelos pobres, en pendiente, de pizarra, muy drenantes para evacuar correctamente el agua de lluvia que cae a lo largo del año, suelos que las raíces de las vides consiguen perforar para buscar humedad en verano cuando pega más fuerte el sol, una climatología contrastada (mucha lluvia en invierno-principio de primavera, bastante calor en verano con buena amplitud térmica entre día y noche) que permite el buen desarrollo de la vid y una buena maduración de las uvas. Pero como subrayaba Vauban al principio del siglo XVIII, el mejor terroir no difiere nada del malo si no es cultivado. Significa que el hombre tiene una parte indispensable e irreemplazable en el terreno. Es por eso que hay que poner de manifiesto el heroico trabajo de los hombres en un viñedo tan complicado como el de Ribeira Sacra para cultivar la vid, mantenerla y hacer que no desaparezca del todo. Este terroir hace posible vinos tintos elegantes, frescos y muy equilibrados, pero también vinos blancos aromáticos, finos y minerales en los que la «equilibrada» acidez les hace todavía más vibrantes.
Bienvenidos a la Ribeira Sacra, a la viticultura heroica, a Ponte da Boga.
PARA SABER MAS…
www.ribeirasacra.org