En la maduración de un buen vino influyen muchísimas variables. Algunas evidentes como el clima y el terreno donde se cultivaron sus uvas, las diferentes metodologías de cada bodega o el paso del tiempo. Otras, pasan desapercibidas por su aparente insignificancia, pero lo cierto es que poseen una importancia capital. Es el caso del tapón que sella la botella, cuya elección aumentará exponencialmente la calidad del caldo a servir.
Existen diferentes tipos de tapones dependiendo del material del que este esté compuesto. Todos tienen el mismo objetivo: sellar la botella de la forma más hermética posible para que el vino conserve sus cualidades sin verse afectado por elementos externos.
Antiguamente, cuando surgió la necesidad de sellar los recipientes en los que se conservaba el vino, se comenzó utilizando la madera como elemento taponador. Pero fueron los griegos los que marcaron un antes y un después al establecer el corcho como cierre de envases. Un material que se mantiene hasta nuestros tiempos y que ha sido objeto de análisis y mejoras con el objetivo de contribuir a que cumpliese su cometido.
Estos son los diferentes tipos de tapones que nos podemos encontrar en la actualidad:
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Tapón de corcho natural:
El corcho es una materia prima que se obtiene del alcornoque (a partir de los 30 años es cuando este árbol proporciona un corcho de calidad y necesita 9 años para volver a recuperarse). Es un material muy ligero y elástico, cualidades idóneas para la fabricación de tapones. Además, posee una alta impermeabilidad a líquidos o gases y se adhiere completamente al vidrio posibilitando el sellado.
Los tapones de corcho natural se fabrican a partir de una sola pieza de corcho de alta calidad, poco poroso. Es el mejor sellador disponible a día de hoy ya que proporciona una impermeabilidad y hermeticidad casi del 100% (durante los primeros 12 meses de sellado entran unas cantidades de aire mínimas pero esto es beneficioso para el vino).
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De corcho natural colmatado:
Están elaborados con corcho de menor calidad que los naturales ya que cuentan con una elevada cantidad de poros. Estos son rellenados con polvo de corcho para que el resultado final del tapón sea estético ya que no ayudan a paliar sus defectos.
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Naturales multipieza:
Se forman con mitades sobrantes de corcho natural que se pegan con una cola especial. La cola está aprobada para entrar en contacto con alimentos pero existe la posibilidad de que transfiera algún aroma intruso a nuestro apreciado brebaje.
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De corcho aglomerado:
Se podría decir que es el ‘picadillo’ de los corchos ya que se fabrican a partir de los granos resultantes de la proceso de creación de tapones naturales. A través de este procedimiento se crean tapones de una calidad muy baja y que además también cuentan con el inconveniente de estar unidos con la cola que citábamos anteriormente.
Este tipo de tapones suele utilizarse en botellas pensadas para vinos de consumo prácticamente instantáneo.
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Técnicos:
El cuerpo está formado por corcho aglomerado muy denso y en sus extremos se incorporan discos de corcho natural. Es una buena combinación y funcionan como un perfecto aislante, pero hay que tener en cuenta que para pegar los discos se utilizan aglutinantes.
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Cava y espumosos:
Tienen un diámetro mayor que los normales y la parte inferior es cónica ya que la presión de la botella es mayor debido a los gases que incorporan este tipo de caldos.
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Con cápsula:
Están formados por corcho natural o colmatado y en su parte superior incorporan una gorra que puede estar formada por vidrio, metal, PVC, madera… Es práctico ya que permite volver a sellar el vino pero necesita de una técnica de obturación perfecta para que el vino no se pierda.
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ProCork:
Es un tapón de corcho natural al que se le aplica una membrana formada por polímeros sintéticos que ayudan a evitar la presencia de oxígeno y otros factores externos. La membrana tiene 5 capas que hacen que el aislamiento que proporcionan este tipo de corchos sea de una alta calidad y fiabilidad.
Existen otro tipo de tapones elaborados con materiales sintéticos, de cristal o de vidrio pero cuyas calidades no son aptas para conservar los vinos de alta gama. En Ponte da Boga estamos de acuerdo en que quizá haya elementos más importantes para obtener un vino de alta calidad que el tapón que sella la botella, pero también creemos que, muchas veces, los pequeños detalles son los que cuentan.