La viticultura es el cultivo sistemático de la vid para usar sus uvas en la producción de vino. La viticultura heroica es una modalidad de este cultivo que, por su parte, hace referencia a unas condiciones específicas del terreno que complican el trabajo con las cepas. Pero no hablamos de unas condiciones cualquiera, nos referimos a unas características que hacen muy complicado el trabajo de los viticultores y bodegueros, además de la dificultad añadida de que estos deben hacer frente al vértigo desde los bancales. Por otro lado, no es fácil encontrar este tipo de producciones, ya que solo el 5% de la superficie destinada a la vid tiene el honor de poder catalogarse como zona de viticultura heroica.
Lo que muchos no saben es que incluso existe un organismo, desde el año 2011, para la viticultura heroica. No es otro que el Centro de Investigación, Estudio, Salvaguarda, Coordinación y Valorización de la Viticultura de Montaña (CERVIM), una entidad internacional fundada específicamente para valorar y salvaguardar la esta modalidad de viticultura. Los criterios para distinguirla de otras, son las siguientes:
- Que el terreno tenga más del 30% de declive
- Que esté a una altitud superior a 500 metros sobre el nivel del mar
- Que sean viñas en terrazas de cultivo o paratas
- Que sea viticultura de las pequeñas islas
En cuanto a su creación, los orígenes de este centro se remontan a 1987, año en el que nació una asociación con el objetivo de velar por los intereses de los viticultores que desarrollan su actividad en estas zonas tan peculiares. Además, esta organización lleva a cabo estudios, investigaciones, congresos, etc. y participa en los encuentros internacionales y de sector donde se debaten asuntos relativos a la viticultura.
Pero volviendo a nuestra tierra, a nuestro entorno, es imposible valorar apropiadamente los vinos de la Denominación de Origen Ribeira Sacra si no se conoce de cerca el entorno del que proceden, así como las características especiales que exige su producción. Recordamos que la vendimia es seguramente el momento en el que el trabajo de los viticultores se muestra en su máxima dureza, ya que se les puede ver portando la uva por esas escarpadas laderas que rodean los cañones del río Sil. Es decir, la viticultura heroica tiene un excelente potencial de calidad, pero exige importantes esfuerzos, tanto económicos como humanos. Algo que a posteriori se ve reflejado en el resultado final. Vista desde fuera, esta peregrinación anual de hombres y mujeres cargando con pesados cestos, adquiere un sentido casi religioso por lo sacrificado de su labor y por su fe en que el resultado de su esfuerzo merece la pena.
En cuanto a qué zonas del territorio español adquieren también esta denominación en su viticultura, podemos destacar, por ejemplo, Asturias o Canarias. En Cangas de Onís (Asturias) se dan también las condiciones, ya que el territorio es abrupto y en sus laderas se asientan los viñedos que hacen que su mantenimiento y cultivo sea “heroico”. A más de mil quilómetros de distancia, y fuera de la península, en Canarias, también se da este tipo de cultivo, especialmente en la Isla del Hierro, ya que cumple con los criterios comentados anteriormente para distinguir la viticultura heroica.
En este tipo de terrenos, la vendimia combina lo arduo del trabajo con las dificultades añadidas impuestas por el entorno. Es muy habitual ver a trabajadores sujetos con arneses para poder alcanzar algunas cepas, así como empleando botes que surcan el río como única forma de acceder a los viñedos. En definitiva, todo lo que rodea a la elaboración del vino en la Ribeira Sacra engloba una gran cantidad de condiciones y características para que se dé un resultado final realmente único y especial. Una identidad que está marcada e influenciada en gran parte, sin duda, por la viticultura heroica.