El mundo del vino tiene numerosos términos, técnicos o no, que la mayoría desconoce. A continuación mostraremos algunas de estas palabras junto con su definición, para aprender y descubrir qué significan ciertos términos ligados al vino. En definitiva, un diccionario de vino para novatos que te permitirá encontrar la mayoría de los vocablos referentes al mundo del vino y su cultura:
ACESCENCIA: Afección provocada por bacterias y que en presencia de oxígeno dan lugar a un vino “picado”.
ÁCIDO MÁLICO: Ácido orgánico de sabor duro que se encuentra en el mosto y a veces también en el vino, sobre todo si procede de uvas con maduración incompleta. Es atacado por las bacterias lácteas que lo transforman en ácido láctico, mucho más suave, durante la fermentación maloláctica. La presencia de ácido málico se identifica por un peculiar olor en el vino, que recuerda al olor de las manzanas verdes.
AFRUTADO: Expresión empleada para definir vinos aromáticos que nos recuerdan, en olor y sabor, características frutales.
ATERCIOPELADO: Término utilizado para definir un vino noble, suave y fino a la vez.
BAGAZO: Restos de uva que quedan tras el prensado. En Galicia y algunas otras zonas septentrionales, la palabra sirve para nombrar al aguardiente de orujo.
CATA: Acción de valorar el vino por medio de los sentidos, de forma técnica, analítica y objetiva. No debe ser confundida con la degustación, en la que intervienen elementos más subjetivos y no se procede de manera sistemática, analizando cada uno de los aspectos sensitivos de un vino.
CHATEAU: Palabra francesa que sirve para referir la explotación vitivinícola que reúne en una misma propiedad las viñas y las bodegas de elaboración y crianza.
COLOR: Atributo que presenta un vino en cuanto a su aspecto, correspondiente a la radiación luminosa del espectro visible por él reflejada.
CRIANZA: Proceso controlado de envejecimiento y maduración de un vino mediante el cual desarrolla caracteres especiales. Se suele aplicar de forma genérica a todo los vinos sometidos a envejecimiento.
CUERPO: Sensación de consistencia del vino en la boca. Extracto seco del vino. Es una cualidad apreciada en los grandes vinos.
DELGADO: Vino con falta de extracto (cuerpo). De poca estructura, pasa por la boca sin apenas estimular las papilas.
DORADO: Color de ciertos vinos blancos y generosos que recuerda al del oro.
DULCE: Vino con un contenido en azúcar superior a los 50 gr/l. Sabor básico que se detecta en la parte anterior de la lengua.
ESPESO: Vino recio, con mucho cuerpo y densidad.
ESTABILIZACIÓN: Conjunto de prácticas enológicas encaminadas a mantener en lo posible las cualidades del vino a lo largo del tiempo.
FERMENTACIÓN: Proceso biológico mediante el cual una sustancia se transforma en otra u otras distintas como consecuencia de la actividad de algunos microorganismos.
FUERTE: Vino con caracteres de alcohol y cuerpo muy marcados.
GAMA: Conjunto de matices o gradación de algún carácter del vino. Se aplica tanto al color como a los aromas.
GRAN RESERVA: Expresión que define ciertos períodos mínimos de crianza en los vinos. Para poder ser calificado como gran reserva, un vino tinto debe envejecer durante al menos 24 meses en barricas de roble y otras 36 también como mínimo en botellas. En el caso de los vinos blancos y rosados, el período mínimo es de 48 meses en madera y botella, de los cuales al menos 6 deben tener lugar en barricas de madera de roble.
HUECO: En cata, se aplica a algunos vinos tintos que decepcionan en su paso de boca, por tener cierto volumen y carnosidad pero carecer de sabores.
JOVEN: Vino nuevo del año sin crianza.
LÁGRIMAS: Huellas formadas en la pared de la copa, en la forma de gotas que caen lentamente, después de humedecida ésta con vinos ricos en alcohol y glicerina.
LIGERO: Vino débil, pequeño, que puede ser agradable pero que tiene poco alcohol y poco extracto.