Cuando aunamos música y vino sumamos dos placeres de la vida que unidos se corresponden, se potencian, se maridan… Ya no es leyenda que los sonidos, bien acompasados, intercedan en el sabor de los vinos. Existen estudios que ya han demostrado lo que antaño se consideraba materia en la metafísica.
La música estimula regiones del cerebro, asociamos melodías a momentos y también a sabores de nuestra propia experiencia. Incluso, se advierte por los científicos, existe una música asociada para cada tipo de vino, el denominado maridaje sonoro.
La armonía
Existe una riqueza sonora en el vino solo comprable con la armónica de su sabor. El vino, se manifiesta en el paladar con sus notas, igual que la música. Los vinos tienen disonancias, son graves y agudos. De hecho, si hay una bebida que estimule los sentidos de la misma forma que lo puede hacer una canción es, sin duda, el vino. Ese néctar fermentado que vibra en la boca de las personas como esa onda sonora melancólica que inunda nuestros oídos y hace fluir los sentimientos más profundos.
¿Qué sería del ser humano sin música? Y, pensemos… ¿Qué sería de la vida sin vino? La empírica nos diría que la muerte. Dos artes unidas que se alimentan mutuamente. Hasta el mismísimo Bob Dylan lo comprendió y se hizo con viñedos en el Adriático dándole el nombre a sus vinos como una de sus más afamadas creaciones “Visions of Johanna”.
Del mismo modo, igual que la música en directo, el vino que se cata en una bodega despierta más los sentidos. Como si de un concierto se tratase. Es una magia gozar del vino en el interior de una bodega similar al placer de un concierto privado.
¿Puede música hacer que el vino sepa mejor?
Llegados a este punto nos preguntaremos si la puede música hacer que el vino sepa mejor. La respuesta es simple. Sí, el vino en un paladar afinado con música de fondo es mejor. Lo dicen los científicos de Oxford, pero esto se sabía desde antaño.
En la actualidad los enólogos aprovechan dicha circunstancia para potenciar sus vinos y lo hacen a lo grande. Con grandes festivales y bodegas que contratan a grandes orquestas.
En los últimos tiempos el sector está necesitado de una nueva imagen puesto que el vino debe ser, como la música, y todas las grandes artes visible para todos los públicos. En este caso para todos los los consumidores. Ya no es un concepto elitista. Está al alcance de todos y por eso debe poderse escuchar en todos los “rincones”.
La música como estimulación de los sentidos
Dicen que quienes entienden de vinos aprecian la buena música, pero no se engañen, un buen vino y una buena canción estimularán al menos ducho en la materia vitícola o musical. Similar al hecho de que una buena película, que estimula nuestros sentidos y entretiene, ya ha logrado su cometido. Un vino que nos hace sentir y que se potencia con una partitura habrá alcanzado el fin por el que fue creado, como las obras cinematográficas.
El vino, presente en la música popular
La comunión entre el vino y la música está presente desde hace siglos en la cultura popular. De hecho, también ha sido la fuente de inspiración musical en muchas civilizaciones. El vino es parte de la cultura y desde luego de la música. Recordemos, sin ir más lejos, letras de canciones tan conocidas Red, red wine (UB40), Vino, dinero y amor (Elvis Presley), o Brindo por las mujeres (Los Rodríguez).
¿Eres de los que se deleitan escuchando una canción mientras saborea una deliciosa copa de vino en tu butaca favorita? Si la respuesta es sí, estamos seguros de que entiendes de lo que te estamos hablando.
Como dirían precisamente Los Rodríguez: “¡Salud!”