El vino en el Museo del Prado

El vino en el Museo del Prado

Estamos cansados de repetir hasta la saciedad que el vino y lo que a éste rodea es un arte. Su producción, su color, su textura, el aroma que desprende… Todo son bondades. Entendemos que, dada nuestra insistencia y conocido nuestro modo de vida, penséis que es nuestro trabajo alabar el producto. Pero ¿y si os decimos que el mismísimo Museo del Prado madrileño expone y almacena numerosos cuadros de grandes artistas que han utilizado el vino como elemento inspirador de sus obras?

Puede que este sea un argumento de peso. Aún así, por si esto no bastase, os informamos de que en 2010 el Museo realizó una de sus adquisiciones más importantes de los últimos tiempos al hacerse con la obra ‘El vino de la fiesta de San Martín’, del artista belga Pieter Brueguel. Echadle un ojo al cuadro:

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Como la ocasión lo merecía (como todo lo que tiene que ver con el vino), la dirección del Museo del Prado decidió a finales del 2011 llevar a cabo una exposición temporal en la Sala D del recinto que tendría como único protagonista a este cuadro ¿qué os parece?

Allí, los privilegiados visitantes que acudieron al Museo durante esas fechas, además de la obra se encontraron con una serie de elementos que explicaban como se había adquirido, restaurado e instalado el preciado cuadro. Podéis conocer todo este proceso a través de estos dos vídeos:

  • Una nueva obra maestra en el Prado: El vino de la fiesta de San Martín, Bruegel el Viejo

  • Restauración de la obra El vino de la fiesta de San Martín de Bruegel el Viejo

Ahora mismo, como comprenderéis, esta exposición ya no existe pero los amantes del vino y del arte que tengan planeada una visita al Museo del Prado en las próximas fechas podrán deleitar sus sentidos con la amplia colección de cuadros de temática vinícola que posee el museo. Vamos a hablaros de algunos de ellos:

  • Sacrificio a Baco (Massimo Stanzione)

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El Dios del vino es un elemento muy recurrente en la pintura. En esta obra, el artista muestra el momento en el que varias mujeres y niños llevan a cabo un tributo a la estatua del Dios. Uno de los manjares que le ofrecen, como no podía ser de otra forma, es el vino. A la derecha de la obra se puede apreciar también como uno de los niños se exprime el jugo de un racimo de uvas en la boca. El propio Museo del Prado, en la descripción del cuadro, califica a las mujeres representadas como “las bacantes de Tebas, que adoraban al dios del vino, hijo de Júpiter y Sémele, y que aquí aparecen envueltas en pieles de animales y engalanadas con zarcillos de hiedra y hojas de parra, gritando frenéticas, enardecidas por el vino (Ovidio, Metamorfosis, II), tañendo flautas y panderetas y danzando sin pudor”.

  • Cuatro racimos de uvas colgando (Juan Fernández ‘El Labrador’)

 

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Este pintor, que vivió en el Siglo XVII, se especializó en crear obras inspiradas en frutos. Su pasión viene derivada de su naturaleza: vivía en el campo. Sus creaciones más exitosas tenían que ver con nuestras amadas y productivas uvas. En este caso, el autor utiliza luces, sombras y un fondo oscuro para generar esa perfección en el racimo.

  • La Merienda (Francisco de Goya)

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En el año 1776 el autor aragonés, Francisco de Goya y Lucientes, creó esta obra en la que el vino es un elemento más de disfrute y esparcimiento. En ella se ve a un grupo de hombres sentados a orillas del Manzanares (Madrid) que comen y beben mientras brindan por una vendedora de naranjas que se ha acercado al lugar para vender su mercancía. Las botellas y copas de vino que se ven en este cuadro demuestran el tono alegre de los protagonistas.

Ya sabéis, si ir al Museo del Prado está entre vuestras prioridades, tomaros un buen Ponte da Boga y preparad bien la visita con antelación. La cantidad de obras que encontraréis en sus pasillos puede llegar a ser abrumadora. Nosotros ya os recomendamos que, como buenos amantes del vino, no os perdáis estas tres.