Galicia, su tierra, sus diferentes variedades de uva y su clima hacen que los vinos que nacen de sus vides sean considerados unos de los mejores del mundo. El territorio galaico está distinguido con cinco Denominaciones de Origen: Monterrei, Rías Baixas, Ribeira Sacra, Ribeiro y Valdeorras.
No son solo apreciados en Galicia y España sino en todo el mercado internacional. Su legendaria fama no es nueva, aunque en los últimos años los enólogos han puesto en valor con mayor énfasis su excelencia en la industria vinícola. De todos los factores que inciden en el potencial vinícola gallego la variedad climática es determinante, con tierras del norte húmedo y con gran pluviosidad, y con un sur más soleado y seco.
Las uvas más utilizadas en Galicia, de una calidad excepcional, son el albariño, godello, loureira, mencía, caíño blanco, torrontés, albariño, y treixadura. En algunos vinos se mezclan variedades que le dan un sello inconfundible a cada cosecha.
Ribeira Sacra
La Ribeira Sacra tiene vinos con cuerpo y carácter. La mayor parte de los caldos de esta denominación de origen son producidos en las escarpadas laderas de los cañones. Se hace con uva mencía y con una producción limitada de vino blanco hecha con godello y albariño. En Ponte da Boga tenemos caldos que representan estas tres variedades. Su color, malva, morado rojo o casi cereza picota madura e incluso mora tiene una intensidad elevada con aromas afrutados, fresa, cereza, torrefactos, tostados, vainilla, compota, notas vegetales y balsámicas. minerales con una ligera acidez, aparece maderas, torrefactos, con un final de boca potente y equilibrado.
Los vinos de la Ribeira Sacra hablan por sí mismos y se pueden acompañar cualquier propuesta gastronómica. En las últimas décadas la demanda de estos vinos ha sufrido un crecimiento exponencial y debido a la belleza natural de sus bancales, situados en los cañones fluviales del Sil, también son espacios excepcionales de turismo vinícola. De parada obligada si visitas este rincón de Galicia es nuestra bodega, la de Ponte da Boga, la más antigua de la Ribeira Sacra.
Ribeiro
La denominación de origen Ribeiro atañe a aquellos viñedos ubicados a lo largo del río Miño. Sus blancos son ligeros, frescos, secos, afrutados, de color pajizo claro, y de elevada acidez. Su consumo preferente se realiza durante el primer o segundo año, al no ser sometidos a procesos de envejecimiento. Sus tintos, rojizos y menos ácidos deben llegar al primer año. El Ribeiro, según varios historiadores, está documentado como el primer vino que llegó a América de la mano de Colón.
Valdeorras
Los vinos orientales gallegos se hallan en Valdeorras, y sus vinos están dominados por las uvas tintas garnacha tintorera y la blanca palomino. La uva mencía también se utiliza en su producción. Se trata de vinos blancos elaborados a partir de la variedad godello con colores pálidos y matices verdosos. De olfato intenso que recuerda a la manzana y de gusto untuoso y ácido es un vino fresco apto para combinar con cualquier comida. El tinto de esta comarca, elaborado con Mencía, tiene un color rubí y recuerda a las frutas como la grosella o la frambuesa. En el paladar es suave y fresco.
Rías Baixas
Sus suelos se basan en granito e idealmente están situados en el clima marítimo húmedo. Las Rías Baias mantiene la producción de sus plantaciones de albariño bajas, para producir un vino fragante y afrutado. Los vinos tienen a menudo un mínimo de contenido de alcohol de 12% y rara vez se producen en un estilo distinto al seco. El albariño se usa especialmente para acompañar el marisco. La denominación de origen Rías Baixas también incluye, dentro de su denominación, el Condado, Salnés y Sotomayor.
Monterrei
Los vinos de Monterrei se hallan en la frontera meridional con Portugal y sus cosechas dependen en gran medida del clima templado continental. Sus suelos de pizarra son específicos para la cosecha de sequía y otorgan aromas graníticos con acidez. Sus blancos de maduración precoz y de carácter frutal son aromáticos, y equilibrados